domingo, 28 de noviembre de 2010

El dibujo de su cuerpo



Algunos piensan que soy incapaz de estar solo, que tengo miedo a la soledad y que dependo de alguien para ser feliz. La vida, siempre observadora,quiso reafirmar estas habladurias. Un día, sin beberlo ni comerlo, allí se encontraba mi compañero. Su imagen superaba la rebeldía de sus primeras palabras gélidas que recibí sin manta, como si alguien le hubiese dibujado ahí a conciencia, en ese mismo instante, siguiendo la orden de ser desagradable...

Pero parecía como si ya lo conociese de antes, como si esa voz en eco la hubiese escuchando en otro lugar, un lugar no muy cercano. Su anonimato enigmatico me creó deseo, pues no siempre lo desconocido provoca miedo..Este deseo se convirtió en obsesión, y la obsesión en la tinta que escribe en esta página..

Y de esta manera me adentré en su vida. Como buen invasor, lo hice adicto a mi. A mi piel, a mis besos, a mi sonrisa y a mis versos.. Desaté en él un instinto protector que desconocía, una insuficiencia de mí a pesar de estar a su lado. Le regalé un camino que se pierde en lejanas tierras medievales para, más tarde, regresar al punto de partida, al punto real..Del que le alejo, del que me aleja con tan solo ver el dibujo de su cuerpo.

Llegó para inmolar las páginas de mi último cuento.

No hay comentarios: